domingo, 31 de marzo de 2013

HONESTIDAD Y DETERMINACIÓN DE UN TORERO



Hay que superar a los más grandes enemigos del Budo, la cólera, el miedo, el temor, la duda, el titubeo, la vanidad y desarrollar una gran fortaleza de ánimo y un gran coraje. Tenemos que ser penetrados por la necesidad de la victoria sobre uno mismo” Así versa el Bushido,“El camino del Guerrero”. Se trata de un modo de vida y un código ético, moral, militar único nacido en el Japón del siglo IX... Sus bases: la lealtad, el auto-sacrificio, la justicia, el sentido de la vergüenza, la educación, la pureza de espíritu, la modestia, la humildad, el espíritu marcial, el honor y el amor. Y esos son precisamente los pilares en los que se sustenta el matador de toros de Linares, Antonio José Lorite. Vuelve al toro y lo hace con las ideas, conceptos y objetivos muy claros.

      - Lo tienes claro, vuelves y estás preparándote para ello. Pero después de tres años inactivo ¿Qué te lleva a querer torear de nuevo?

Soy torero y los toreros donde tienen que estar es toreando. Soy muy joven, tengo ilusión, ambición y me encuentro en plenitud en todos los aspectos de mi vida. Sería un error, considero que lo sería al menos para mi, no hacerlo.

     - En 2009 también eras torero y eras más joven ¿Qué pasó para que tu carrera se frenara hasta el punto de dejar de torear?

Llevas razón. Era torero y más joven, pero la vida me puso delante una situación complicada que me llevo a tomar decisiones de las que no me arrepiento en absoluto. En ese momento había cosas en mi vida mucho más importantes que el toro y decidí estar donde tenía que estar. El toro podía esperar. Además, yo le tengo un gran respeto a esta profesión y también a mi mismo y si mis circunstancias no me permitían estar al 100% lo mejor era parar.

     - El año pasado volviste a reencontrarte con el mundo del toro, eso sí, desde el callejón. Hablanos de esa etapa.

Ha sido una etapa de mi vida que me ha aportado mucho. Surgió por casualidad y aunque nunca he entendido ni me ha gustado la figura del director artístico, cuando el apoderado de Francisco Montiel me propone acompañarlo durante la temporada 2011 acepto porque entendí que era una manera de salir de una situación difícil como fue el fallecimiento de mi madre, que se había producido un mes antes de que llegara esta propuesta. Al comprometerme con ellos, también me comprometía conmigo mismo y mi nueva función como director artístico me obligaba a salir, a viajar, a relacionarme con la gente del toro y a estar distraído. Poco a poco me fui implicando hasta el punto de que el año pasado cuando ya tenía en mente volver a torear retrasé el comienzo de mi preparación para terminar de cumplir mi compromiso y palabra, que era estar con Francisco hasta el día de su alternativa. Tengo muy buenos recuerdos de esta etapa, aprendí muchísimo y además me sirvió para confirmar dos cosas esenciales: una, que mi sitio está delante del toro y otra, que la idea de volver a torear era más que una ilusión o un sueño, era y es toda una necesidad.

 

   - Y así llegamos a la actualidad. 2013 está siendo un año complicado para España y por lo tanto también para la Fiesta Nacional... ¿Crees que este es el momento de regresar?

No me cabe ninguna duda. Me encuentro mejor que nunca y vuelvo con la intención de quedarme. Esto no obedece a una ilusión ni a un “calentón”, esto es una decisión muy meditada, que nace de la necesidad de crecer como torero. Mi objetivo y mi ambición es ser cada día mejor y evolucionar hacía el torero que quiero ser. No me preocupan los números, ni el tiempo. Además, te diré que mi carrera nunca ha ido de la mano de la burbuja inmobiliaria ni ha sido respaldada por ningún constructor, no me da miedo, por tanto, ni la crisis económica, ni la reducción de festejos.
Las dificultadas con las que me pueda encontrar a la hora de sumar festejos no van a ser muy distintas a las de 2007 por ejemplo, que fue el año de mayor esplendor para la fiesta en cuanto a espectáculos celebrados.

    - Estás entrenando, de nuevo en la lucha pero... ¿Qué ha cambiado, si es que lo ha hecho, en la persona y en el torero? ¿Eres el mismo que hace 3 años dejó apartados los trastos?

Sería imposible ser el mismo. Las personas, estamos en continuo cambio. La vida en sí es un continuo cambio. A veces se evoluciona favorablemente y otras veces no tanto. En mi caso, creo que he cambiado y evolucionado para bien aunque suene repetitivo, estoy en un momento muy bueno. Este tiempo inactivo me ha hecho aprender y darme cuenta de muchas cosas. Conocerme mejor a mi mismo y encontrar un equilibrio que me ha ayudado a saber lo que quiero y lo más importante, lo que no quiero. Digamos que conservo la esencia y los valores que he tenido siempre, pero con la madurez y rotundidad que sólo el tiempo y el haber vivido ciertas situaciones pueden dar.
   
- Y en este punto de madurez en el que te encuentras ¿Qué puedes aportar a la fiesta?


Supongo que lo que llevo aportando desde que empece cuando tenía 9 años, un gran respeto hacia el toro, compañeros, afición y por supuesto a la historia y tradición del toreo. Aunque no me paro mucho en todo eso, porque entiendo que es algo que va intrínseco con el torero. Lo que realmente me interesa en este momento es lo que la fiesta me puede aportar a mi y no hablo de cosas materiales. Hay un pensamiento que se repitió en numerosas ocasiones en este tiempo inactivo cuando miraba hacía atrás y hacía repaso de mi carrera, aunque me sentía orgulloso de todo lo conseguido no podía evitar sentir una gran insatisfacción y un vacío que me removía las entrañas. Si yo no soy uno más ¿Por qué pasar por el toro como uno más?, si soy capaz de hacer lo que sólo unos pocos hicieron en la historia del toreo ¿Por qué conformarme con hacer lo que han hecho muchos?. Y de ese pensamiento nace realmente la esencia de mi vuelta, por encima de las fincas, los coches, el dinero, la fama... lo que verdaderamente me mueve es ser el mejor, el mejor Antonio José Lorite posible, el dejar huella, el pasar por el toreo como lo que soy, un torero capaz de hacer grandes cosas delante de un toro.

    - Ojalá así sea, de momento vas por el camino. El Bushido dice: “Absorbe con tu cuerpo el sacrificio físico (Resistencia). Desarrolla la mente y dominarás tu ímpetu (Temple). Calma tus impulsos y apacigua tu espíritu (Paciencia)” 18 kilos menos en pocos meses, estás fuerte como un roble... ¿Cómo lo has hecho?

Desde fuera puede parecer lo que es, un gran esfuerzo y sacrificio para volver a estar físicamente como estaba cuando toreaba o incluso mejor, pero en realidad, en el toro, es más importante el estado de la mente y del alma que el del cuerpo. Lo que he conseguido físicamente es sólo un reflejo de mi estado interior. En estos meses me he dejado llevar hacía donde mi interior me llevaba que no era otro sitio que a entrenar, cuidarme y el resultado lo estoy empezando a ver ahora.

- Una preparación que ha concluido matando unos toros en el campo y me dicen que la sensaciones fueron muy buenas. Imagino que estarás deseando vestirte de luces. ¿Hay alguna fecha cerrada?

Efectivamente, este periodo de preparación inicial ha finalizado dando paso a la siguiente etapa, he matado varios toros, estoy haciendo campo y volviendo a la “normalidad” de cualquier torero en activo. Por supuesto, estoy deseando vestirme de luces, de hecho, ya hemos iniciado, los primeros contactos con varias empresas de cara a poner fecha para mi reaparición. No tengo prisa, pero sí que me gustaría que ésta se produjera en la primera parte de la temporada taurina.

   - ¿Cómo se ve Antonio José Lorite dentro de 5 años?

Toreando en todas las ferias importantes, mucho más cerca del toreo que quiero ser, con una facilidad tremenda delante de los toros, toreando mucho más despacio, más largo y más profundo que lo estoy haciendo ahora y espero haber conseguido alguno de mis sueños y de mis objetivos, que no son otros que cuajar muchos toros en las plazas más importantes de este país. La próxima vez que mire hacia atrás y repase mi carrera quiero no sólo estar orgulloso de lo conseguido sino también sentir esa paz y felicidad que sólo da el saber que de verdad uno hizo lo que tenía que hacer.

 

Los samurais no creen en la suerte, por ello no se la deseo, ya que ellos son capaces de buscarla y encontrarla. Gracias a la repetición de la práctica cotidiana podemos vencer la fatiga, el hastío y conocer el sabor del esfuerzo, la importancia de la perseverancia y la alegría de vencer a la dificultad.


González Sojo
Prensa Antonio José Lorite