“Murió por mirar al toro como siempre miró la vida: de frente”, eso decían los que lo conocían, respetaban y admiraban. Hoy se cumplen 21 años de que un toro negro, marcado con el número 27, con 598 kilos, de la ganadería de Atanasio Fernández y bajo el nombre de “Cabastito” acabara con la vida del gran torero de plata, Manuel Montoliú en la Real Maestranza de Sevilla.
Por aquel entonces, año 1992, Antonio José Lorite contaba con tan sólo 10 años de edad y esas imágenes le marcaron de por vida: “Yo ya quería ser torero en esa época y estaba viendo la corrida por televisión. Cuando el maestro Montoliú cayó herido de muerte sobre el albero de la Maestranza sentí rabia e impotencia. Me impactó muchísimo, pero a la vez, de alguna forma reforzó mi vocación de ser matador de toros”.
Pocos meses antes de esa trágica tarde, Antonio José acudió a escuchar al Maestro Montoliú a la “Peña Tercio de Varas” de Linares y tuvo la oportunidad de conocerlo, algo que Lorite recuerda con gran cariño y emoción: “Para mi conocerle y compartir con él aquella noche fue todo un orgullo. No lo olvidaré nunca, ya que siendo sólo un niño me hizo sentir torero por la educación y respeto con la que se dirigía a mi”. Precisamente de aquella noche es esta fotografía, en la que Lorite está acompañado por el Maestro Manolo Montoliú, el picador de toros, Rafael Atienza y el matador de toros de Linares, Paco Bautista. “Esa anoche aprendí el significado de la palabra torería y es que no era para menos estando rodeado de aquellos grandes del toreo. Para mí fue todo un privilegio”.
En el 21 aniversario de la muerte de Manolo Montoliú, un hombre que conoció el toreo desde todos sus ángulos, Antonio José Lorite no olvida lo mucho que aportó a este arte “Ha sido uno de los grandes, un Maestro, un genio. Montoliú es sinónimo de torería y personalidad”.
González Sojo
Prensa Antonio José Lorite
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